Silvia Roche Pastora (Zaragoza, 1989)
Las pinturas de Silvia son muy expresivas y una explosión de color. Pinta figuras que recuerdan a muñecas de trapo o personajes de animación en los que la cabeza es el elemento principal, reduciendo el cuerpo al mínimo para centrar toda la atención en la expresividad de la boca y los ojos. Aunque comparten rasgos comunes, encontramos detalles en las formas y en las combinaciones del pelo que las hacen únicas.
Silvia pinta de forma decidida y maneja el pincel o la espátula con determinación. En las obras de gran formato Rosa Ana y Amarilla Alegría, las figuras se recortan sobre el fondo y parecen llamarnos con sus brazos en alto y la boca abierta. En el caso de Sol y Luna ofrece dos miradas opuestas: la primera de ellas nos sitúa frente a una imagen luminosa en la que el color centellea en pequeñas pinceladas, en la otra predomina el negro que hace resaltar la figura.
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